El silencio de la Cancillería, que dice demasiado

Si el nuestro fuera un país donde la transparencia estuviera asumida en lo cotidiano de la administración del Estado, un hecho como el que la hija de un diputado haya sido designada, por ser tal, en un cargo dentro de una importante embajada del país, como lo es la de Reino Unido, sin reunir mérito alguno para estar allí ni recibir la remuneración que le asignaron, merecería indefectiblemente explicaciones a la ciudadanía. Demanda que Cancillería diga algo al respecto, no solo, porque a todas luces se trata de tráfico de influencia y clientelismo político, tremendamente injusto por donde se lo mire, porque en la práctica es otorgar el privilegio de servir al país a una persona no preparada para esa tarea, y encima, en detrimento de otros jóvenes que sí se esforzaron y esfuerzan para hacer la carrera diplomática, la cual exige formación continua para ser calificados periódicamente, ir ascendiendo en el escalafón profesional, y acceder a los cargos dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores o en los destinos dentro de la red de representaciones diplomáticas y consulares del país. ...[Leer más]